jueves, 7 de enero de 2016

¿Salir con la bici o montar en el rodillo?


Bien, esta pregunta me la hago con demasiada frecuencia últimamente. Hace algo más de un año compré un rodillo BKOOL con su correspondiente simulador para Windows, lo que hace que sea más atractivo utilizarlo... con relación a los antiguos rodillos donde te subías a montar y venga dar pedales a lo loco, o a lo cuerdo, pero de forma bastante rutinaria y aburrida. Los rodillos hoy en día te permiten ver imágenes de la ruta en la pantalla del ordenador o de tablet o teléfono móvil, ver el mapa topográfico de la ruta y muchos datos como velocidad puntual, promedio, cadencia, potencia, distancia y otros. Pero es que además puedes ver un vídeo de la ruta grabado con una cámara de acción. Puedes grabar el vídeo y coordenadas GPS de tus rutas favoritas y reproducirlas en el simulador, ¿qué más se puede pedir? Por todo esto digo que, cuando miras por la ventana y ves que a las 6 de la tarde -que es cuando puedes salir a montar, después de la jornada de trabajo- empieza a oscurecer, hace un día de perros, con lluvia, pero además con mucho viento y en la comodidad de tu casa con calefacción tienes montada la bici en el rodillo y parece decirte "ven bonito, súbete y dale a los pedales", hay que tener mucha fuerza de voluntad para enfundarse en varias capas de camisetas, maillot, chaqueta, pasamontañas, braga, casco, gafas, guantes, cullotte y coger la bici para salir a dar pedales. Pero oye, a veces... ¡hasta lo hacemos! contra viento y marea.

Si hago un análisis de los kilómetros recorridos en bici por el campo y aquellos hechos en el rodillo a lo largo del año pasado, tengo una relación aproximada de 7 a 1, es decir 7 veces más outdoors que indoors. Pero esto se debe principalmente a que vivo en una zona rodeada de campo y a que en mi ciudad disfrutamos de buen tiempo la mayor parte del año. Es ahora, en estos días de comienzo del invierno cuando más uso le doy a rodillo.




Pero vamos a lo útil, lo que puedo aportar es mi experiencia de uso del rodillo. Hay que tener en cuenta unas cuantas cosas al utilizar un rodillo. Se trata de un dispositivo que simula que estamos montados en una bici por la calle -carretera o campo. Pero la tecnología actual no ha conseguido que esta simulación sea perfecta. Por ejemplo, cuando montamos en bici tenemos que estar muy pendientes de muchas cosas, especialmente por el campo o la montaña, lo primero tenemos que conducir, mover el manillar, frenar, cambiar de marchas, esquivar piedras, baches, tomar decisiones rápidas: qué parte del camino es mejor, evitar llantazos, mirar a todos lados. En el rodillo no se frena, solo se cambia de marchas al sentir la dureza que produce el rodillo en correspondencia con la subida por una pendiente, por ejemplo. Pero manillar y rueda delantera suelen estar estáticos en los rodillos más avanzados (en los antiguos de calentamiento si giran ambas ruedas, y además tenemos que guardar el equilibrio). Por otro lado, en la vida real, cuando pedaleamos por carretera o campo nos aprovechamos de la inercia para recuperar un poco las fuerzas, cuando bajamos una pendiente o simplemente en un llano. En el rodillo hay muy poca inercia, prácticamente no dejamos de pedalear nunca. Esto hace que en el rodillo el esfuerzo sea considerable, no hay un respiro para recuperar, solo bajar la velocidad o cambiar de ritmo. De hecho, si dejamos de pedalear en unos segundos el rodillo se detiene y el software de ordenador nos mostrará un mensaje del tipo "¿desea terminar la sesión?", es decir el simulador interpreta que estamos abandonando la sesión.

Por esto no se recomienda hacer más de 2 horas seguidas de rodillo. Pero es que además en el exterior disponemos de gran cantidad de aire -a veces un exceso de viento muy molesto- que nos refrigera. En la comodidad de la casa estamos calentitos en invierno y no corre mucho viento por no decir nada. Luego nuestra temperatura corporal empieza a subir y nos deshidratamos más. Bien, mi solución es, tanto en invierno como verano, tener un ventilador en frente, el que tengo dispone de humidificador y siempre lo tengo encendido. En invierno no desde el principio de la sesión, pero si al cabo de un rato, 15 o 20 minutos, cuando se empieza a sudar. Por supuesto hay que hidratarse tanto o más que cuando uno sale a la calle. Y tener a mano una buena toalla con que cubrir la bicicleta, pues el sudor puede llegar a producir un charco considerable en el suelo. Entre el suelo y la bici tengo una colchoneta muy delgada pero impermeable que impide que el sudor que escapa a la toalla llegue al suelo y ponga todo perdido. Por supuesto, la ropa debe ser muy "de verano" para montar en el rodillo, un cullotte corto, camiseta sin mangas. Lo ideal es usar automáticos (o pedales mixtos) y zapatillas con calas, es decir, ir enganchado a la bici.


La siguiente es una imagen del software de simulación del rodillo en Windows:




El rodillo requiere limpieza, lo que mas ensucia son partículas de la goma de la cubierta trasera, que se desgasta de forma considerable. Ésta deberá ser lisa, nunca con tacos a menos que queramos organizar una fiesta bulliciosa y tener al vecino y a la familia cabreada. Como recomendación general no poner nuestra mejor bici en el rodillo. Las bicicletas están diseñadas para rodar por carretera o campo, no para quedar "pilladas" por el eje trasero y rodar sobre un rodillo. Definitivamente esa bicicleta va a sufrir una serie de torsiones muy distintas a las que se producen al rodar con sus dos ruedas por el suelo. Yo compré una FIT 300 de B-Twin en Decathlon, económica y sencilla, pero suficiente para el rodillo. Mi experiencia es que además del cambio de cubierta por desgaste, he tenido que llevarla ya un par de veces a centrar la rueda trasera; como digo sufre un castigo muy distinto al de rodar por el suelo. No necesitamos una bici muy ligera, no importan los frenos. Lo único que debe funcionar bien es la transmisión.


A continuación el detalle de una sesión, que podemos exportar en varios formatos de archivo estándar (FIT, TIC, GPX):




A partir de aquí, cada uno tira de rodillo por motivos distintos. El más habitual es el tiempo disponible. Si estamos muy locos, podemos coger el rodillo al llegar de la oficina por la noche, por ejemplo, o por la mañana antes del desayuno. Pero el tiempo meteorológico también es un factor determinante, por lo menos en mi caso. Desde luego en primavera y verano mi rodillo goza de unas merecidas vacaciones bien limpio, engrasado y guardado en su caja original. Yo prefiero disfrutar del campo, del buen tiempo en esos días estivales largos, respirar el aire del campo y disfrutar del paisaje. Por este motivo elegí esta marca y modelo de rodillo, porque puedo simular en una grabación propia esas rutas que grabo durante los días de buen tiempo, e imaginar que las estoy recorriendo durante un día lluvioso, frío y con viento.

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