viernes, 19 de agosto de 2016

Método casero para descongestionar y recuperar las piernas después de una ruta agotadora en bici


Los equipos de ciclismo que participan en carreras y eventos deportivos profesionales, como Movistar, Astana, Sky, etc. saben de la importancia de que sus corredores recuperen de forma rápida y efectiva las piernas después de rutas de 200 km o más, para estar en condiciones óptimas al día siguiente. Se recurre a los masajes por fisioterapeutas expertos e incluso se han inventado artilugios como los pantalones o fundas térmicas que a base de aplicar frío y masajes en las piernas consiguen mejorar el tono muscular y fomentan la regeneración de tejidos y fibras musculares. El frío aplicado a las piernas ayuda a eliminar el ácido láctico, una de las sustancias que producen la sensación de cansancio en las piernas.

Como la mayoría de los ciclistas no profesionales no pueden permitirse la adquisición de estos artilugios, y muy pocas veces pueden recurrir a un masajista, hay una solución casera muy económica que consiste en introducir las piernas en una bañera con agua fría y permanecer allí durante un período de 15 a 20 minutos. Si agregamos algo de hielo al agua mejor aún.

El procedimiento que yo utilizo para hacerlo consiste en entrar primero a la bañera (vacía) y abrir el grifo del agua fría para ir llenando, poco a poco, la bañera hasta que cubra las piernas.

 


 

De este modo el cuerpo se va adaptando progresivamente a la baja temperatura del agua y evitamos así ese molesto “shock” que se produce al entrar de forma brusca en contacto con el agua fría. Una vez cubiertas las piernas, debemos mantenerlas sumergidas y relajadas. Podemos ir agregando hielos de un cubo para mantener la temperatura baja del agua. Poco a poco iremos notando un alivio, incluso entumecimiento de las piernas. Los vasos sanguíneos se están contrayendo. Estos son los encargados de llevar el oxígeno a las piernas cuando hacemos ejercicio. El frío ayuda a que los vasos sanguíneos eliminen las impurezas que produce el cuerpo, entre ellas el ácido láctico. Al salir del agua fría, la sangre limpia que fluye por nuestras piernas las vigoriza nuevamente, produciendo la buscada recuperación.

Es un método sencillo y económico, que puede mejorarse incluso mediante un buen masaje, o al menos con los estiramientos necesarios para “soltar” los músculos. Para ello una ducha después del baño, doblando la espalda y apoyando las manos con los brazos estirados en la pared u otro elemento (por ejemplo el respaldo de una silla de plástico que pueda mojarse sin problemas) mientras el agua proyectada de la ducha cae sobre nuestra espalda haciendo un masaje desde las vértebras cervicales hasta las lumbares. Aprovechamos para hacer estiramiento de piernas, cintura y espalda ¡Esto también ayuda mucho a recuperarse!