sábado, 4 de junio de 2016

La importancia de la inercia y del centro de gravedad

Nunca me cansaré de decirlo, en lo que a la bici de montaña se refiere, dos aspectos clave son, por un lado la inercia y por otro el centro de gravedad. El primero tiene que ver con la correcta utilización de los cambios cuando transcurrimos por zonas con desniveles importantes, subidas, bajadas, incluso baches: es muy importante mantener el "momentum", es decir, la energía almacenada en las ruedas y transmisión de la bici para acometer con éxito esos repechos que viene, y no desperdiciar inútilmente la energía adquirida previamente. Esto es difícil de explicar en un blog, pero si se capta la idea básica, es muy fácil de practicar y poco a poco ir optimizando al máximo. El resultado es que veremos que conseguimos velocidades cada vez más altas sin tener que aumentar nuestra FC (frecuencia cardíaca) de forma exagerada.
El otro aspecto importante tiene que ver con la forma en que negociamos las curvas y cambios de rasante. Si disponemos de una tija telescópica que nos permita bajar y subir el sillín a nuestro gusto, habremos ganado mucho. De lo que se trata es de bajar el centro de gravedad cuando descendemos por una pendiente, y subirlo cuando subimos por una rampa, por ejemplo. Pero también se trata de negociar las curvas correctamente. Cuando corría con mi coche en circuitos de velocidad, un eximio piloto me aconsejó una vez "a las curvas hay que entrar con los deberes hechos", significando que los cambios de marcha en un coche se hacen antes de acometer la curva. Bien, en una bici de montaña hay que hacer el cambio justo antes de un cambio de rasante, o nos encontraremos con problemas que pueden incluso terminar en caídas muy tristes. Unido a esta acción, será necesario un cambio de posición del cuerpo. A ver, ¡que no podemos ir "clavados" en la mtb todo el tiempo! La bici de montaña nos obliga a adoptar distintas posturas y además de forma constante. La mtb va de eso, levantarse, bajarse, mover la cabeza, los hombros, los brazos, ¡todo! de esa forma el conjunto bici-biker es dinámico y cambiante según las condiciones del terreno por el que nos movemos.
Una vez dominados estos dos aspectos clave, inercia y postura del cuerpo, habremos conseguido mejorar drásticamente nuestro rendimiento sobre la bici.