domingo, 18 de diciembre de 2016

USO DE CICLOCOMPUTADORES Y PULSÓMETROS EN LAS RUTAS




En el apartado de los diversos gadgets que los bikers utilizan para sus salidas la oferta del mercado es muy amplia. Una gran mayoría de bikers, especialmente los que hacen carretera, se decantan por los equipos de Garmin, como el conocido Edge 520. Hay que diferenciar entre los dispositivos que incorporan GPS y los que no. Hoy en día, los precios de estos dispositivos están bajando de forma continuada y esto hace que aquellos que no integran geolocalización mediante señal de satélite (GPS) bajen sus precios aún más. En el extremo más económico de la gama podemos encontrar pequeños ciclocomputadores por menos de €10.- que solo indican datos de velocidad y tiempo, para ello cuentan con un sensor magnético cableado desde la rueda delantera hasta la pequeña pantalla colocada en el manillar o la potencia de la bici. Por unos Euros más podemos evitar el uso del cable y adquirir un ciclocomputador inalámbrico. Normalmente no utilizan comunicación Bluetooth ni ANT+ para esta conexión, lo que limita su uso a la lectura de los datos del sensor en la propia pantalla del dispositivo solamente. Algunos fabricantes ya comercializan sensores de velocidad y cadencia Bluetooth y ANT+, lo que nos permite utilizar un teléfono móvil para procesar, ver y grabar dichos datos. Finalmente, en la parte alta de la gama están los ciclocomputadores con GPS, que gracias a la señal satelital podemos prescindir del sensor magnético de velocidad, ya que el satélite nos aportará las coordenadas de la posición en la que nos encontramos y, a partir de ahí, el ciclocomputador calculará velocidades (media, punta, mínima, etc.) y registrará los datos de altimetría.



Otra opción es ahorrarnos el ciclocomputador y utilizar un smartphone (Android o iOS) con un software que procese los datos de GPS que el teléfono móvil recibe. Esta es la opción que yo siempre he preferido, tanto para seguir una ruta nueva e inicialmente desconocida, como para registrar los datos de velocidad, tiempo, distancia y otros que se obtienen de una ruta ya conocida. Hay aplicaciones como Endomondo, Runtastic, TrainingPeaks, Strava y muchas más, que permiten registrar estos datos en sus correspondientes servidores, para luego analizarlos desde un ordenador. Los actuales smartphones son suficientemente potentes como para poder incluso tener varias de estas aplicaciones abiertas simultáneamente registrando datos. Es más, incluso es posible compartir los datos GPS de una sola de ellas, para ahorrar el consumo de batería del teléfono móvil. Quiero destacar aquí una especialmente notable que permite hacer un cálculo aproximado de la potencia que el biker entrega al pedalear sin necesidad de los caros sensores de potencia. Se llama VPower y permite comunicarse y exportar las sesiones automáticamente a Strava, donde podremos analizar muchos datos, entre ellos la potencia. Evidentemente no tiene la precisión de una sistema con sensores de potencia, pero para un aficionado es más que suficiente disponer de una aproximación entre el 10% y 15%, que es lo que este fabricante anuncia.




Respecto a los pulsómetros, los deportistas suelen emplear las conocidas bandas de pecho que transmiten datos de manera inalámbrica a un dispositivo o smartphone. La tecnología actual permite sustituir la banda pectoral por una pulsera inteligente (otro wearable de los muchos que hoy en día podemos utilizar). La precisión en ambos casos es similar, y es mucho más cómodo de utilizar que una banda pectoral. Hay pulseras inteligentes que transmiten vía Bluetooth y otras vía ANT+. Incluso algunas, como es el caso de MIO Link lo pueden hacer con ambas tecnologías simultáneamente. Este es otro de mis dispositivos favoritos, ya que sirve no solamente para ciclismo, sino para cualquier otro deporte donde queramos medir y controlar nuestras pulsaciones en tiempo real y, si disponemos de una App en un smartphone u otro dispositivo, grabar dicha información.



Finalmente y como complemento o evolución de los pulsómetros de muñeca están los relojes para deportistas. Básicamente pueden integrar o no GPS y pulsómetro. Los precios varían entre los €100 y los €800 según las prestaciones y calidad del reloj. Aquí mi preferencia es el Polar M400, por varias razones. Una de las primeras es la reducción del precio de venta que se produjo a finales de 2016 en Amazon y algunas tiendas como MediaMarkt: de los habituales €145 a €99. Otra es que utiliza Bluetooth y puede enlazarse con un smartphone (iPhone 5S en mi caso), pero también porque ya disponía de un pulsómetro de muñeca (MIO Link) con el que se enlaza perfectamente. El Polar M400 permite monitorizar actividades diarias, además de actividades deportivas y como no, el sueño. Sus sensores registran todos los movimientos que hacemos y el reloj nos alerta cada cierto tiempo de que llevamos mucho tiempo sentados, por ejemplo. Dispone de GPS, por lo que registra las rutas realizadas y a través de Polar Flow, la aplicación del fabricante, registra todos los datos en un servidor al que podemos acceder desde el teléfono móvil u ordenador. Al salir en bici suelo colocar el dispositivo en el manillar para visualizar los datos que en ese momento me interesen, como son pulsaciones por minuto, velocidad, distancia, tiempo, etc. Incluso dispone de una opción interesante que permite recorrer la ruta en sentido inverso mediante indicaciones con flechas. Es decir, si un día nos perdemos en el campo y no disponemos de mapas, el Polar M400 nos podrá llevar de vuelta a casa por el mismo camino recorrido. Si no queremos llevar dos dispositivos en las muñecas, podemos elegir el Polar V800, reloj con GPS multideporte que integra pulsómetro. Lamentablemente estos dispositivos, inicialmente diseñados para runners, no admiten otros sensores Bluetooth que los bikers solemos utilizar, como son los sensores de cadencia y potencia. Tal vez más adelante mediante actualización de firmware esto cambie, o tal vez diseñarán otra gama más orientada a bikers. Por el momento en mi caso tengo bastante información disponible con esta combinación de dispositivos.



A fin de cuentas, toda la tecnología electrónica que vamos incorporando en nuestras actividades deportivas son ayudas informativas que complementan la ejecución de nuestras prácticas deportivas, pero no debemos obsesionarnos con el uso de las mismas, son un medio, no un fin dentro de la práctica del deporte.